Es un sistema de diagnóstico, corrección y limpieza del campo electromagnético humano, uniendo para ello las propiedades de la radiestesia convencional con la información de las ondas-forma (etiquetas) en hebreo.

Consta de un cilindro de madera (normalmente de haya o roble) realizado a mano, de unas medidas específicas, ranurado en una base y, liso en la otra, atravesado por un cordón para poder orientarlo según sea necesario. En él se colocan, según el trabajo que estemos realizando, las etiquetas escritas en hebreo correspondientes. 

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El origen de su uso y conocimiento es incierto, aunque ha sido utilizado por corrientes espirituales y místicas desde la antigüedad no podemos afirmar con seguridad por quién fue ideado, pero en el pasado sólo se transmitía la enseñanza de su manejo de boca a oreja, se transmitía a alguien  receptivo a ojos del maestro (normalmente radiestesista experimentado) con lo que no se distorsionaba la información excesivamente, manteniéndose la pureza de la transmisión hasta los años 70 del siglo anterior, que es cuando se comienza a enseñar abiertamente y como toda expansión masiva cierta información se distorsiona o adultera. Por ejemplo, el péndulo hebreo, por la base de su definición y principios, no puede realizarse a lugares, ni a distancia, error de concepto que ha sido extendido erróneamente: si el péndulo emite una forma onda con un campo de acción de unos 20/25 cms y sólo afín a la frecuencia del campo humano... no tiene sentido ni una cosa ni la otra.